jueves, 25 de diciembre de 2014

"Como te ves me vi, como me ves te verás."

Solo hace muy poco comprendí la relevancia de esta frase, que dada mi condición de maestra he tratado de explicar cada vez que tenía que trabajar la obra de José Zorrilla. Sin embargo es tan difícil encontrar el profundo mensaje que conlleva. El mundo privilegia la juventud y hay algunos que hacen muchos esfuerzos por conservarse jóvenes, pero hay que entender que dadas las mejoras en medicina y el deseo de vivir más, hoy nos enfrentamos al espejo de la senectud, sin comprenderla. Como soy curadora oficial de mi padre (grado de Essalud), me vi obligada a asistir a un curso de 6 horas sobre el tema del cuidado del adulto mayor y uno de los puntos más resaltantes era "Comprendiendo la vejez"  Y creo que aún necesito por lo menos 7 cursos más para poder acercarme al umbral de la comprensión. Por lo pronto lo único que he entendido es que hay una palabra clave "Paciencia". Nunca me he caracterizado por tenerla en abundancia, pero cuando se refiere a mi padre me esfuerzo y mucho.

Las estadísticas nos muestran que las personas viven más, pero yo me pregunto ¿Viven mejor? Mientras se es un ser económicamente activo, no hay problema, -la Duquesa de Alva es todo un ejemplo- El tema se pone serio cuando estas personas entran en la categoría de dependientes, sobre todo porque al revés de los niños, su dependencia es mayor cada día y sus necesidades también. Si han podido vislumbrar con anticipación esta irreversible condición, tal vez tengan lo suficiente para pasar sus "Años Dorados" con las atenciones necesarias y sino dependerán inexorablemente del estado o de sus familiares. Pero hay ciertos aspectos del cuidado de un adulto mayor que solo el amor de su familia puede darles, tal como los niños necesitan ser provistos del abrigo amoroso de los suyos. Lamentablemente este es el problema, porque un adulto mayor nos recuerda que algún día nosotros estaremos en su situación y que como en la fábula de los Hermanos Grimm, nuestro hijo hará una escudilla de madera para que no se nos caiga la sopa.

Desde Asesoría Educativa y como parte de mi obligación de educadora les pido que reflexionen sobre un hecho inminente, no es un problema, no es una obligación, es un derecho que los mayores se han ganado al haber sido los proveedores y al habernos permitido estar donde estamos. En el pasado solo algunos sobrevivían los 60 años y por lo tanto eran considerados más sabios, pensemos que esta sabiduría  si existe y que al no escuchar sus consejos estamos desaprovechando una oportunidad de conocer del pasado y seleccionar lo que nos es provechoso. Nosotros los asesores educativos tenemos el deber de difundir la educación y es parte de esta educación, entender que nuestros mayores deben ser cuidados y respetados por lo que significan y lo que son, nuestra historia viva. Así que la próxima vez que veamos un anciano pensemos en como deseamos ser tratados cuando lleguemos a la senectud y si no vemos tan a menudo a tu padre o tu madre, porque nos parece una actividad poco provechosa, pensemos en cuantas veces al año deseamos que nuestros hijos nos visiten cuando seamos los adultos mayores.

Violeta Fonseca

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