sábado, 10 de mayo de 2014

Feliz día a las madres, que son las primeras educadoras

Tengo que aceptar que tuve dos madres, fui la primera nieta de mi abuela y mi madre, muy avanzada para su tiempo,  fue una madre trabajadora. Así que quede en manos de mi abuela. Y fue una gran suerte porque ella era una muy buena educadora. Tenía un estilo que no sería aceptado en estos tiempos de contemplación de los niños, pero creo que no sería lo que soy, si no hubiera sido por sus sabias enseñanzas, por su ejemplo y su perseverancia en hacer de mí una mujer de bien. De mi madre aprendí que ser independiente económicamente valía más que cualquier consideración de quedarse a cuidar de la casa y de los niños. Mi casa siempre estaba limpia, mi comida en la mesa, mi ropa lavada y mis tarea revisadas. Sinceramente mis dos mamas eran una especie de hormiguitas hacendosas. Ya no están conmigo, pero sus enseñanzas siguen siendo útiles y son muy contemporáneas.
Yo también soy una madre que trabaja y me enorgullezco de haber escogido tener una carrera que me ha fortalecido como persona y me ha permitido darles a mis hijas un ejemplo de vida, porque me siento realizada como mujer, madre y profesional. Creo firmemente que todo en la vida es una experiencia educativa y así es como he educado a mis hijas. Ahora solo espero que ellas hagan la misma o mejor labor con sus propios hijos. Creo que es necesario tomar en serio la educación de los niños, no solo porque son la nueva generación, sino por nuestra propia tranquilidad. Recuerdo las primeras páginas de “Un mundo para Julius” de Alfredo Bryce Echenique, Lo que no sabe Juanito, no lo sabrá Juan, y como esta frase era repetida por mi profesor de ética, el Hermano Alberto Peinador. Ahora sé cuan profunda puede ser, tenemos muy pocos años para enseñarles a los niños lo necesario para que sean persona valiosas y debemos tener esto en cuenta tanto como madres como educadoras.

Desde Asesoria Educativa deseo enviarles un fuerte abrazo a todas las madres y pedirles que redoblen sus esfuerzos a fin de educar para el bien no solo a sus hijos y nietos, sino a todo el que se acerque a ustedes con la necesidad de ser educado. A las profesoras que colaboran como asesoras educativas les envío mis saludos y respeto por la doble misión que la vida les ha dado. Antes se repetía que la maestra era una segunda madre y yo pienso que si aceptamos la misión de enseñar debemos ver a nuestros alumnos de algún modo como nuestros hijos. Sigamos inculcando valores y propiciando en ellos el espíritu del trabajo y el emprendimiento. Así que mañana disfruten de la alegría del deber cumplido y sigan educando con el ejemplo. Feliz Día de las Madres.

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