jueves, 9 de mayo de 2013

Nuestra obligación como madres

Se acerca el Día de las Madres y como todos los años hablamos o recordamos a nuestras madres, estén presentes o nos hayan dejado ya. Recordamos los buenos tiempos con alegría y a menos que seamos tan sinceros como Carlos Alcántara o Carlos Galdós, no les contamos a muchos sus defectos, por lo menos por estos días, es como una Navidad pero para mamá. Lo cierto es que por todo el trabajo que realizan para sacarnos adelante, lo digo como hija, de verdad debemos perdonarles, el mal genio, las intervenciones en nuestra vida privada y esa manía que tenemos todas las madres de creer que si no siguen al pie de la letra nuestros consejos, no van a poder seguir adelante. Mi madre tenía todas estas características, que no son ni virtudes ni defectos, creo que solo es parte del oficio de madre. Pero me enseñó a ser quien soy, a veces por oposición, pero siempre con el sincero deseo de que yo tenga éxito en la vida y sea feliz. Me apoyó en mis estudios y me acompañó con mis tareas todo lo que su tiempo le permitía. Y durante el verano, me enviaba, porque yo se lo pedía, a una academia de matemáticas y ciencias que quedaba frente a mi casa.

Actualmente, parte de las preocupaciones maternales también incluyen que el hijo o hija tenga una buena preparación académica, aunque en algunos casos nos cuesta aceptar que nuestros hijos no son perfectos, que pueden tener dificultades de aprendizaje y que necesitan apoyo en el plano educativo. Este apoyo puede ser clasificado de varias maneras, algunos alumnos requieren solo que los acompañen a estudiar, otros requieren de mayor intervención al no poder aclarar los conceptos estudiados en el colegio a la hora de hacer las tareas, otro grupo necesita la presencia de un especialista para que complete los temas estudiados en el colegio sean estos de ciencias, matemáticas, humanidades o comunicación. Lo cierto es que existen muy pocos alumnos que pueden organizar sus tiempos solos y estudiar sin haber recibido alguna orientación previa o por lo menos una palabra de aliento. Las madres modernas tenemos menos tiempo para esto que el que tuvieron nuestras propias madres, pero si nos lo proponemos podemos estar presentes en la educación de nuestros hijos aunque lleguemos tarde o estemos cansadas, porque es nuestro deber y obligación.

Aunque creo que gran parte del proceso de consolidación de conocimiento sucede al realizar la tarea en casa con apoyo maternal o familiar, pienso que existen casos en los que se hace absolutamente necesario del apoyo especializado. Asesoría Educativa es la institución idónea para realizar esta tarea, en uno de nuestros descriptores está el de apoyo al padre o madre ausentes. Y es nuestra intención impartir acompañamiento pedagógico a todo el que lo requiera o necesite, para un programa de educación en general, para cursos específicos o como orientadores y tutores. Creo que como madres debemos aprender a identificar los factores que nos indiquen cuando nuestro hijo requiere de apoyo académico. No debemos esperar a que se presente el fracaso escolar y con este la frustración y depresión. Con una decisión oportuna y el apoyo necesario habremos cumplido correctamente con nuestra responsabilidad. Porque no todo el tiempo estaremos preparados, como madres o padres para apoyarlos académicamente, sin embargo si podríamos contactar a Asesoria Educativa para que nos ayude. Muchos padres ya nos conocen y confían en que el dinero invertido en el apoyo educativo de sus hijos es una inversión y no un gasto.


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